Trabajar en equipo no es cosa sencilla.
No es únicamente cuestión de dividirse unas tareas, de que cada uno acote su responsabilidad, de juntar, como si de un puzle se tratara, las partes que cada uno ha hecho desde su lugar. Se trata más bien de que cada uno asuma el proyecto como suyo, evitando caer en ser espectadores o colaboradores de aquellos que se han enfrentado al reto de construir el prototipo. De que exista mucho, mucho, mucho diálogo, y un diálogo de calidad. Se trata de poner en duda el criterio propio ante el criterio del compañero para poder así generar nuevas ideas.
Ante esta realidad se han enfrentado los alumnos de 2ºESO cuando han intentado abordar este proyecto. Las dificultades han sido de todo tipo: han perdido material, han tenido que desmontar lo construido con tanto esfuerzo, han tenido que ingeniárselas ante retos que nunca antes habían tomado, y sobretodo han tenido que hablar, discutir, contrastar criterios y pareceres.
El resultado: No ha estado mal.